En la medicina estética, estos dos tratamientos suelen generar muchas dudas: Botox y ácido hialurónico. Aunque a menudo se los confunde, son productos muy distintos, con funciones específicas, aplicaciones particulares y resultados complementarios.
¿Qué es el Botox?
El Botox es el nombre comercial de una toxina botulínica tipo A. Esta sustancia actúa bloqueando temporalmente la comunicación de los nervios y los músculos, lo que produce una relajación muscular. Se utiliza principalmente para tratar arrugas dinámicas, es decir, aquellas que se generan por movimientos repetitivos como fruncir el ceño o levantar las cejas.
¿Qué es el Ácido Hialurónico?
El ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra naturalmente en nuestro organismo y tiene la capacidad de retener agua, lo que le da volumen e hidratación a la piel. En medicina estética, el ácido hialurónico se utiliza como relleno para restaurar volumen, mejorar contornos faciales y suavizar arrugas estáticas.
¿En qué partes del cuerpo se aplican?
- Botox: Frente, entrecejo, patas de gallo, mentón, nariz, depresor del angulo de la boca, cuello, zona mandibular y en algunos casos terapéuticos como hiperhidrosis (sudoración excesiva en axilas o manos) y bruxismo.
- Ácido hialurónico: Pómulos, labios, surcos nasogenianos, ojeras, mentón, nariz (rinomodelación), arrugas estaticas y manos, entre otros.
Duración:
El efecto del Botox suele durar de 3 a 6 meses, mientras que el ácido hialurónico puede durar de 6 a 18 meses dependiendo de la zona y el tipo de producto.
Mitos comunes
- “El Botox hincha la cara”: FALSO. El Botox no da volumen, solo relaja músculos.
- “El ácido hialurónico es permanente”: FALSO. Es reabsorbible y temporal.
- “Son lo mismo”: FALSO. Botox y ácido hialurónico tienen mecanismos totalmente distintos.
En resumen: Botox y ácido hialurónico son tratamientos distintos pero complementarios, con resultados naturales cuando son aplicados correctamente. En nuestra clínica, te guiamos según tus necesidades para lograr un resultado armonioso y seguro.
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